Las personas que consumen chirimoyas tienen un riesgo considerable de sufrir molestias digestivas, ya que esta fruta posee una enzima llamada bromelina que ayuda a la digestión.
Algunas personas lo excluyen de su dieta porque creen que solo aporta calorías y ningún otro valor nutricional reseñable, comenta el diario La Razon.es.
No obstante en comparación con otras frutas, “contiene una mayor cantidad de carbohidratos, en su mayoría en forma de azúcares, que son responsables de su moderado valor energético (80 calorías por cien gramos).
No contiene grasas, ni sodio y es una buena fuente de fibra, potasio y vitaminas B6 y ácido fólico”, explica Manuel Moñino, secretario del comité científico de la Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas «5 al día».
Precisamente, la fibra de la chirimoya no debería pasar desapercibida para la población ya que, según Ylenia López Llata, nutricionista de Sprim (Salud, Prevención, Investigación e Información Médica), "es rica en fibra dietética, pero sólo comparable con el plátano y superior al kiwi.
Esta característica la convierte en un alimento que se puede usar en dietas que estimulen el tracto intestinal como en el tratamiento del estreñimiento habitual"., señala la especialista.
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