Estimados devotos:
Dijo María: Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi según tu palabra… (Lc. 1,38)
Con estas palabras la Santísima Virgen aceptó la voluntad de Dios Padre que le había elegido para ser Madre de nuestro Señor Jesucristo, El Salvador del Mundo.
María de Nazareth, a imitación de Jesucristo que obedeció siempre ha Dios Padre había querido redimirlo por medio de Él, que padeció, murió y resucito para salvarnos a todos.
Esta actitud de María Santísima de colaborar con Dios en la salvación del ser humano y en su liberación de tantos males que lo acompañan, estuvo siempre presente en su vida aquí en la tierra y continua en el cielo. Ella siempre se mostró como una verdadera Madre interesada en el bien de sus hijos. María Santísima nunca se ha olvidado de esas palabras, que escucho de Jesús mientras moría en la cruz: Madre ahí tienes a tu hijo. (Jn.19: 26).
Recordando estas importantes y significativas palabras de la escritura, encontramos qué a nuestra Señora se le invoca con el dulce nombre de la Virgen del Patrocinio. Patrocinio significa intersección, es decir alguien que interpone una petición para que una persona necesitada reciba a Dios una ayuda oportuna. Muy apropósito el Evangelio San Juan 2,1-11 recuerda como María obtuvo de Jesucristo la solución a una necesidad concreta de una familia.
Las fiestas de la Santísima Virgen del Patrocinio, que cada año a se celebran en su Parroquia, nos deben recordar todo esto. Pero también debe suscitar en los fieles el interés por conocer más a la Madre de Dios a través de la lectura y la meditación de la palabra de Dios y las enseñanzas de la iglesia. Además suscitar en los devotos el amor a ella y el espíritu de imitación de su amor a Dios y al próximo. Agrego también el amor y colaboración con la Iglesia y en esta ocasión el amor y la colaboración con la Parroquia Nuestra Señora del Patrocinio.
Por eso me permito pedirles que en este tiempo de las fiestas de la Virgen del Patrocinio sea una oportunidad para manifestar la devoción a la Santísima Virgen María y para renovarse en el auténtico espíritu cristiano.
No me queda sino desear a todos los fieles las bendiciones de Dios y de la Santísima Virgen María del Patrocinio.
Atentamente.
Mos. Jaime Rodriguez Salazar. MCCJ
Obispo de Huánuco.
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