No hace mucho, que ha nacido Matronas fin Fronteras, Organización No Gubernamental, cuya tarea consiste en la asistencia sanitaria, es decir, garantizar asistencia a aquellas comunidades que carecen por completo de ella.
“La pobreza es triste, no es necesaria una gran catástrofe para sufrir su presencia. No se alimenta de lamentos desgarradores, ni afirma gestos grandielocuentes. La pobreza acoge a multitud de personas que nada hicieron para sufrirla, señalan Charo Cutillas y Angeles Castaño, desde España.
Simplemente nacieron en un lugar y no en otro. Nadie pues se ganó por meritos propios el pertenecer a uno u otro mundo. La pobreza sabe de fríos sin leña, de alimentos escasos y repetitivos, de trabajos duros desde la más temprana edad, de enfermedades que siguen su curso sin asistencia ni remedio alguno. La pobreza sabe de colegios en los que no hay lápices de colores, las ventanas no tienen cristales y el suelo es de tierra.”
La pobreza conoce y elige a niños en edades escolares para abocarlos a la muerte, sabe de madres que no sobrevivirán al nacimiento de un hijo, sabe de padres agobiados por llevar a casa el sustento diario. Conoce muy bien a adolescentes con embarazos tempranos, a un gran número de hijos por mujer, y a todo aquella violencia derivada de las condiciones en las que se desenvuelven.
No conoce las compras ni el ahorro. No conoce hipotecas ni altos salarios. No conoce aquellas cosas a las que desde occidente estamos acostumbrados y por ello, decimos que la pobreza es triste. Triste en su dignidad de personas que la sufren sin rebeldías porque no conocieron otro modo de habitar el mundo y caminan dificultades con la naturalidad de lo cotidiano.
Hace poco, pude ver en su página web como esta organización ha ejecutado un proyecto importantísimo, y durante tres semanas, una representación encabezada por Charo Cutillas (comadrona y antropóloga) viajaron a Perú para encontrarse con los pobladores de las localidades de Shulluyaco y Cáhuac, ambos en la provincia de Yarowilca, en el Departamento de Huánuco.
Desde España algunos residentes, también hacen esfuerzos para ofrecer toda la ayuda a los niños, ancianos y jóvenes de nuestro departamento, tal como nos lo cuenta Miguel Liberato Solórzano, que precisamente es un peruano nacido en Shulluyaco.
“En España hemos logrado mediante el apoyo de Cooperación Internacional para el destacamento de Médicos para la posta médica de Shulluyaco, cuyo resultado ha sido positivo. Del mismo modo la Universidad Nacional de Castilla la Macha nos apoyó para organizar la primera Conferencia Internacional de Derechos Humanos, lo cual se realizó la primera semana de Noviembre de 2004, en la Universidad Nacional de Hermilio Valdizan de Huanuco, informó.
Ese misma fecha, también se logró firmar un convenio de cooperación entre ambas Universidades, para el intercambio de profesores y de alumnos de últimos años estudios.
“La pobreza es triste, no es necesaria una gran catástrofe para sufrir su presencia. No se alimenta de lamentos desgarradores, ni afirma gestos grandielocuentes. La pobreza acoge a multitud de personas que nada hicieron para sufrirla, señalan Charo Cutillas y Angeles Castaño, desde España.
Simplemente nacieron en un lugar y no en otro. Nadie pues se ganó por meritos propios el pertenecer a uno u otro mundo. La pobreza sabe de fríos sin leña, de alimentos escasos y repetitivos, de trabajos duros desde la más temprana edad, de enfermedades que siguen su curso sin asistencia ni remedio alguno. La pobreza sabe de colegios en los que no hay lápices de colores, las ventanas no tienen cristales y el suelo es de tierra.”
La pobreza conoce y elige a niños en edades escolares para abocarlos a la muerte, sabe de madres que no sobrevivirán al nacimiento de un hijo, sabe de padres agobiados por llevar a casa el sustento diario. Conoce muy bien a adolescentes con embarazos tempranos, a un gran número de hijos por mujer, y a todo aquella violencia derivada de las condiciones en las que se desenvuelven.
No conoce las compras ni el ahorro. No conoce hipotecas ni altos salarios. No conoce aquellas cosas a las que desde occidente estamos acostumbrados y por ello, decimos que la pobreza es triste. Triste en su dignidad de personas que la sufren sin rebeldías porque no conocieron otro modo de habitar el mundo y caminan dificultades con la naturalidad de lo cotidiano.
Hace poco, pude ver en su página web como esta organización ha ejecutado un proyecto importantísimo, y durante tres semanas, una representación encabezada por Charo Cutillas (comadrona y antropóloga) viajaron a Perú para encontrarse con los pobladores de las localidades de Shulluyaco y Cáhuac, ambos en la provincia de Yarowilca, en el Departamento de Huánuco.
Desde España algunos residentes, también hacen esfuerzos para ofrecer toda la ayuda a los niños, ancianos y jóvenes de nuestro departamento, tal como nos lo cuenta Miguel Liberato Solórzano, que precisamente es un peruano nacido en Shulluyaco.
“En España hemos logrado mediante el apoyo de Cooperación Internacional para el destacamento de Médicos para la posta médica de Shulluyaco, cuyo resultado ha sido positivo. Del mismo modo la Universidad Nacional de Castilla la Macha nos apoyó para organizar la primera Conferencia Internacional de Derechos Humanos, lo cual se realizó la primera semana de Noviembre de 2004, en la Universidad Nacional de Hermilio Valdizan de Huanuco, informó.
Ese misma fecha, también se logró firmar un convenio de cooperación entre ambas Universidades, para el intercambio de profesores y de alumnos de últimos años estudios.
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