Un ambiente al aire libre y con vista a un cielo gris, fue el telón de fondo para la fiesta que se llevó a cabo el 16 de julio por el cumpleaños del Director de la Revista generAcción. En realidad la reunión se inició en la tarde, pero a medida que pasaba las horas, el entusiasmo y la alegría crecían. La noche se volvió muy calida, pese a que el termómetro marcaba 16 grados.
La cita para reunión fue el gran salón del tercer piso del mismo local. Allí pudieron disfrutar de una deliciosa anticuchada y brindaron, junto a todos los integrantes de la revista.
Mientras se degustaba el rico plato se escucharon las palabras del editor de la Revista, Raúl Ríos y seguidamente del Director de la Revista generAcción Francisco Huanacune, quien se mostró conmovido por la fiesta sorpresa en su honor.
La cita para reunión fue el gran salón del tercer piso del mismo local. Allí pudieron disfrutar de una deliciosa anticuchada y brindaron, junto a todos los integrantes de la revista.
Mientras se degustaba el rico plato se escucharon las palabras del editor de la Revista, Raúl Ríos y seguidamente del Director de la Revista generAcción Francisco Huanacune, quien se mostró conmovido por la fiesta sorpresa en su honor.
Más tarde Ivet, Helenice y Otoniel Díaz, interpretaron varios temas criollos, como antesala a la gran rumba que se iniciaba.
A un costado estaba una parrilla, que aún humeaba, y donde todos de rato en rato se acercaban a picar lo que aún quedaba. Allí junto a la parrilla se produjo uno de los hechos más emotivos. La noche había llegado y la visión nocturna creo un ambiente adecuado para cantar. Hasta que doña Emilia nos sorprendió con su repertorio de música criolla. No paraba de cantar. Durante varias horas se encargó de ofrecernos los soplos más divertidos de la noche muy al estilo de comediantes.
La participación de Emilia provocó una pequeña peña, donde todos intervenían cantando, el cual dio pie a que recordaran el famoso concurso que hacia el animador Augusto Ferrado.
Raúl el Editor, con un entusiasmo contagiante decía: Trampolín a la cana!, y todos contestaban…. ¡Siempre contigo!. A partir de allí nos reíamos con frases conocidas como: !¡pasa a la gran final!, ¡¡se gana un kilo de huevos!!, ¡¡medio kilo de arroz!!, etc.
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